Toda infelicidad nace generalmente de algún tipo de bloqueo emocional, consciente o inconsciente, que nos impide superar nuestras dificultades, aceptar el presente y fluir con la vida.

Desde un punto de vista psicodinámico, el motivo de la desdicha, la inmadurez emocional y la mayoría de trastornos psicológicos, es el apego a determinadas situaciones, hábitos o expectativas (pasadas, presentes o futuras). Estos apegos chocan con la realidad siempre cambiante y generan toda clase de perturbaciones (miedo, culpa, rabia, egoísmo, dependencia, etc.) que, bloqueando nuestra libertad de elegir, impiden absolutamente el bienestar emocional de las personas.

Por ello, para ser más felices, curar nuestros síntomas neuróticos, superar determinadas crisis o, simplemente, madurar, necesitamos descubrir y superar nuestros apegos patológicos. A veces lo logramos espontáneamente con el tiempo. Otras, sin embargo, nuestros bloqueos son tan secretos o intensos que resulta aconsejable la ayuda de una terapia psicodinámica.